El Santuario Madre de la Gracia


Historia y leyenda

El conjunto de los edificios que conforman el Santuario de la Mentorella viene dado por la Iglesia, el Monasterio, la Escalera Santa, la Gruta de San Benito, la Capilla del Milagro y el Cementerio.

La leyenda en torno a la fundación de la Iglesia, como sucede a menudo, se entrelaza con la realidad histórica de la época y se enriquece con el encanto y el misterio.

 

La iglesia, dedicada a Nuestra Señora, se dice que fué construida por el emperador Constantino el Grande (274 - 337 d.C.) y consagrada por el Papa Silvestre I (...- 335 d.C.).

El nombre Mentorella tiene, según los estudiosos, varias fuentes, incluyendo el informe de dos más plausibles, que serìan: la Torre de Morella, una alta fortaleza medieval que ya no existe; y por el nombre del general Goto Wult, que se convirtió al cristianismo en Montecassino y se retiró más tarde en este sitio que tomó el nombre del Wultvilla, popularizado a través de diversas medidas (Vultvilla, Vultuilla), y luego en Vulturella Mentorella.

 

La historia del lugar se acompaña con la de Guadagnolo; el Santuario fue propiedad de los monjes de Subiaco, benedectinos, hasta finales del siglo XVI, cuando se fueron y los reemplazaron otros religiosos, los jesuitas. 

Ya en el siglo XIII, Claro (1219-1248) Obispo de Tivoli, se quejó de las malas condiciones en las que el Santuario se encontraba, y rogó a los fieles a dar sumas de dinero a un mantenimiento decente.

En 1390 parece que la iglesia y el convento fueron, de hecho, abandonados.

Después de altibajos, regresó de nuevo a los benedictinos, hasta cuando en el año 1857 el Papa Pío IX (1792-1878) se lo concedió a los Padres Resurreccionistas Polacos, a los que todavía pertenece.